En el mismo momento que te vi, supe lo funesto que iba a ser mi día. No me aclaro por que pude intuir eso, solo sabia que tu serias el responsable de mis problemas. Y no me equivocaba. A un que son verdaderas tonterías, cuando tú apareces sé que tendré demasiada mala suerte. Eres un imán para todo lo gafe. Pero con todo eso, todavía te quiero y compartiré todos los males que nos vengan… Por si acaso mi lista de la compra ya está hecha.
—Sal.